Como cada noche de verano, el
motel Calagua estaba a rebosar aquel día. La gente se divertía viendo combates
pokémon en televisión y comentándolos, haciendo apuestas, riendo… Mientras
sonaba de fondo una musiquilla ambiental muy animada y veraniega. Entre todo el jaleo, un discreto joven llamó
la atención del barman de la barra, no iba vestido con ropas de fiesta ni iba
arreglado como los demás, de hecho sus ropas estaban algo viejas y se le notaba
cansado, sin muchas ganas de disfrutar del buen ambiente.
-Hola amigo, ¿Le pongo algo?-Preguntó
sonriendo el barman, un hombre de unos 40 años bastante bonachón.
-Si, por favor.- Respondió éste.-Una
limonada.
-Vaya, vaya…-Murmuró el barman
repasándole con la mirada como si de un bicho raro se tratara. Estaba
acostumbrado a que los jóvenes pidieran otro tipo de bebidas.-Tú no eres de por
aquí, ¿Verdad? ¿Has llegado hace poco?-Preguntó mientras cogía un vaso para
servir al joven.
-Sí, hace unas horas. Acabo de
reservar habitación para pasar la noche aquí.-De pronto comenzó a armarse más
jaleo del normal, la gente comenzó a aplaudir y a bocear. En la televisión
apareció el campeón de la liga de Hoenn, Máximo.
-¡Es tan guapo!-Suspiraba una.
-¡Y tan elegante! ¡Y tan
fuerte!-Añadía otra.
El joven frunció el ceño
dejándose llevar por lo que escuchaba tras de sí y terminando por fijarse
también en la televisión.
-Ah, ya estamos.-Suspiró el
barman poniendo frente al joven el vaso de limonada.-Siendo Máximo es fácil
llevarse de calle a las chicas, quién pudiera, ¿No crees?
-¿Quién es?
El barman abrió los ojos de par
en par.-Vaya, chico, pues si que andas perdido. Es el mismísimo campeón de la
liga.
-¿Máximo? No pensaba que era
tan…-El chico titubeó.-¿…Joven?
El barman dejó escapar una risa
desenfadada.-Pues para que veas, es un entrenador prodigio de esos, es el
campeón desde que tenía sólo 18 años. Y cada vez es más fuerte.
El joven se fijó bien en él al
tiempo que tomaba un sorbo de limonada. Realmente se desenvolvía en combate con
mucha elegancia, sin perder nunca la serenidad pero al mismo tiempo con fuerza
y garra, parecía muy profesional y seguro de sí mismo.-Debe de ser muy difícil
ganar vuestra liga.-Admitió visto lo visto.
-Ya lo creo.-Confirmó de
inmediato.-Y las cosas se han puesto aún más difíciles para los aspirantes
desde que en el alto mando está esa chica nueva sustituyendo a Dracón. El pobre
estaba ya algo viejo, se notaba que no le ponía el entusiasmo de años atrás.
Ah, juventud, divino tesoro…-Murmuró como si vislumbrara en el horizonte
aquellos años.
Al oír esas palabras el joven
reaccionó de inmediato.- ¿Qué chica nueva?
-La nieta de Dracón. No recuerdo
bien su nombre, pero una vez escuché en la tele que también era muy
jovencita.-Acto seguido suspiró apoyándose sobre la barra.-…Creo que trabajo
demasiado, yo también ando más perdido de lo que pensaba, mira que no recordar
el nombre de esta chica con lo que se habla de ella últimamente.-Añadió.
El joven permaneció en silencio
unos instantes sin mirar un punto fijo.-¿…Yilice?
-Ostras, si.-Contestó chiscando
los dedos. -Yilice se llamaba.-Luego sonrió.-Mira con el despistado, parece que
a algunos les has tenido el ojo más echado que a otros, eh.
El chico sintió que la
conversación iba a ir a más y no tenía tiempo para charlar. Esbozó una sonrisa
nerviosa. -Lo siento.-Comenzó a decir tras dar un largo sorbo hasta terminar su
limonada.-Mañana tengo que irme temprano, es mejor que me vaya subiendo a la
habitación.
-¿Ya te vas? –Preguntó como
desilusionado el barman. Al parecer la
ingenuidad de Taito en medio de aquel ambiente de fiesta le había hecho caerle
bien.
-Sí, gracias por la
limonada.-Contestó mientras sacaba un par de monedas.
-Tranquilo, invita la casa.
Taito frunció el ceño.-Pero…
-Veeete.-Canturreó.-Antes de que
cambie de opinión.-Concluyó con una sonrisa.
Taito sonrió e inclinó un poco la
cabeza a modo de despedida.-Muchas gracias, ¡adiós!
*
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Yilice suspiró dejándose caer
sobre el césped. Caía lentamente la tarde y el cielo estaba teñido de rojo en
Colosalia. El Alto Mando había terminado la jornada de la semana y dedicaba un
rato a descansar cerca de las famosas cataratas de la ciudad.
-Yilice, ¿Qué tal llevas lo de
buscar piso?¿Ya te has decidido?-Preguntó Nívea, la bella líder de tipo hielo y
de carácter tranquilo y apacible, con cierto aire de realeza.
Yilice suspiró.-Bueno, es que es difícil…
Toda la región es preciosa. He estado centrándome en Calagua, está cerca del
trabajo y es una ciudad muy cuidada y tranquila. Además hay muchos lugares de
ocio.
-Deberías quedarte aquí, como
nosotros…-Insistió Fátima, líder de tipo fantasma, todo lo contrario a Nívea, enérgica,
alegre e incapaz de disimular nunca sus ganas de arrasar en combate al
adversario.-No entiendo qué problema tenéis Máximo y tú con vivir en Colosalia,
es lo más apropiado para los que tenemos este cargo.-Refunfuñó.
Yilice frunció el ceño no muy
convencida y sonrió.-Ya, pero… No sé. Esta isla está muy apartada del resto de
la región… Y siento como si nunca saliera realmente de la liga.
-Normal. Hablando a las claras,
esta es una ciudad muy agobiante.-Añadió Sixto, líder de tipo siniestro, algo
presumido y siempre intentando hacerse el galán con las mujeres, bajista en un
grupo de rock en sus tiempos libres.-Es todo como un gran parque temático
dedicado a la liga, souvenirs, museos, campos de entrenamiento, centros pokémon
a cada esquina, hoteles… Como si aquí solo pudieran residir entrenadores que
vienen a por el título para luego largarse a otro sitio.
-No sabía que tú también pensabas
así, Sixto.-Se sorprendió Fátima.
Sixto ladeó la cabeza y suspiró.-Ah…
Hay muchas cosas que no sabes de mí, querida Fátima…
Fátima y Yilice se miraron de
reojo y negaron rendidas con la cabeza,-En cualquier caso.-Prosiguió Yilice sonriendo.-No tengo prisa por
marcharme.-Admitió.-No os preocupéis, cuando haya encontrado casa seréis los
primeros en saberlo.
Nívea rió por lo bajo.-La
experiencia me dice que estás esperando a algo en concreto para irte, como si
aún no estuvieras decidida a asentarte en un sitio, ¿me equivoco?
Yilice se sobresaltó.-¿Eh?
-Digo que consciente o
inconscientemente estás esperando a algo… O a alguien que te ayude a decidir lo
que quieres hacer, ¿O no es así?
-Para nada.-Rió Yilice tras unos
instantes de reflexión.-Es sólo que me da miedo dar un paso en falso…
-Yilice, eres demasiado insegura.
No pienses tanto en lo que podrá pasar, ¡sólo vive el momento!-Le reprochó
Fátima estirando los brazos alegremente.
-Lo Extraño es que cuando
combates tomes una posición totalmente distinta.-Añadió una quinta voz tras de
ellos, la del campeón de la liga Máximo que acababa de llegar hasta
ellos.-Cuando combates no te lo piensas nunca dos veces antes de lanzarte a lo
loco.
Yilice al escucharle se giró de inmediato.-¡…Máximo!-Se
ruborizó.-¡N-no es siempre así!-Se quejó.-Ahora pienso mucho más antes de
atacar, tenías que haberme visto de niña…-Murmuró mientras recordaba con algo
de vergüenza aquellos años.
Máximo se sonrió.-Me habría
gustado verlo, si.-Respondió mientras se sentaba a su lado, mirándola
sugerentemente.
Yilice agachó la cabeza todavía
un poco ruborizada y suspiró mirando el agua de las cataratas caer.-No, créeme
que no…-Podía notar como Máximo aún la miraba sonriendo dulcemente y eso la hacía
sentir extrañamente nerviosa. Inconscientemente soltó una risa nerviosa.
-Sea lo que sea lo que esperas,
espero que no tarde mucho en aparecer.-Concluyó Máximo mientras lanzaba una
piedrecita a las cataratas y esta desaparecía entre la incesante y estruendosa agua
ante los ojos de la joven.
Yilice entrecerró los ojos. Por
alguna razón había comenzado a sentirse intranquila.
¿Qué ella esperaba algo?¿Qué
podía ser?
Dando vueltas a las palabras de
Nívea, caía la noche mientras volvía a casa, una pequeña casa con jardín que
había pertenecido a su abuelo antes de morir. Al intentar abrir la puerta notó
que algo la bloqueaba. La entreabrió para asomarse. Un pequeño Deino estaba dándose
mamporros contra la puerta. Solía pasar. Al olerla venir, algunos de los
dragones más bebes se alegraban tanto que no podían evitar no ir a recibirla
con mimos y rugiditos.
Yilice no solo era un miembro del
alto mando, también había montado en la parte trasera de su casa una guardería
para crías de dragones débiles. Era bastante usual que en las manadas de tipo
dragón las crías con un nivel demasiado por debajo del normal o que podrían ser
un lastre para los demás miembros fueran rechazados y dejados atrás. Yilice montó
esa pequeña guardería para proteger a las crías de dragón hasta que alcanzaran
el nivel óptimo para sobrevivir fuera, para poder darles un futuro, como hizo con
su primer pokémon, Dratini, al encontrarlo moribundo y abandonado por su manada
en una cueva de hielo.
Serperior se acercó al Deino por
detrás y lo cogió con su cola como si de una pluma se tratara. Lo apartó de la
puerta e inclinó la cabeza ante Yilice, dándole la bienvenida, al tiempo que
Espeon, Ninetales y Galvantula también corrían a saludarla. Yilice no podía
evitar sonreír. -Serperior…-Suspiró al notar como su expresión cambiaba al
percatarse de que ya no era el único allí. -Sueltalo, anda.-Le pidió señalando
a Deino. Serperior la obedeció refunfuñando y bajándolo despacio. Éste corrió
hacia Yilice y ella lo cogió en brazos acurrucándole dulcemente.-Hola, pequeñín…
¿Cómo estás?¿Has comido bien?-Luego prosiguió saludando a sus demás pokémon.
Tras cenar y tomar un baño,
Yilice y sus pokémon contemplaban las estrellas recostados en el porche. Hacía
calor y una muy agradable brisilla.-Gracias por ayudarme con los bebés, chicos,
yo sola no podría haber conseguido esto.-Admitió. Tenía a Espeon en las piernas
y lo acariciaba mientras ésta movía la cola hipnóticamente. –Me gustaría pasar
más tiempo con todos.-Prosiguió.-Pero estoy muy ocupada con el trabajo…
Espeon se alzó a mirarla. Tenía
unos ojos brillantes y preciosos, Yilice adoraba mirarla-¿Te gustaría ver a
Glaceon, Espeon?-Preguntó.-Ahora que lo pienso hace mucho que no vemos a
Bellatrix y a Dereck.-Al mencionarlos no pudo evitar acordarse de Taito, a
quien no había visto y de quien no había sabido nada desde que se habían
separado tras su victoria contra Ryu. No sabía cómo afrontar aquello, pero
cuando pensaba en él su corazón se aceleraba.-<<Taito… Dijiste que
volveríamos a vernos… Pero…>>-Yilice cerró los ojos. Estaba demasiado
cansada de todo el día como para preocuparse por eso otra vez.-Chicos, ¿Nos
vamos ya a dormir?
En ese momento, las orejas de Espeon
se pusieron en punta y saltó disparada del regazo de Yilice. Ésta lo llamó
alzando una mano hacia ella-¡¿--…Espeon?!¡Espeon!-Corrió detrás de ella aún a
pesar de la confusión. Dragonair la siguió y Yilice al percatarse de ella se
volteó a sus otros pokémon-¡Quedaos aquí!-Le venía bien ir acompañada por si había
peligro, pero tampoco quería arriesgrase a exponerlos a todos por si algo iba
mal.
Yilice y Dragonair siguieron a
Espeon un par de calles. La noche era cerrada y no había apenas nadie por la
calle. La joven tenía algo de miedo pero iba con Dragonair y eso la
tranquilizaba lo suficiente como para no detenerse. De pronto Espeon se detuvo
a lo lejos. Yilice no entendía lo que ocurría.-¡Espeon…!-Pero a medida que se
acercaba, empezó a diferenciar una silueta junto a Espeon, más o menos de su
mismo tamaño. Se trataba de un Umbreon, su color negro lo había hecho difícil de
percibir hasta ese momento.
Yilice cogió aire tras la carrera
mientras contemplaba apoyada en Dragonair a los dos pokémon hacerse arrumacos.-¿Un
Umbreon…?-Entonces se le ocurrió.-<<Un momento, no
será que…>>
-¿Yilice?-Preguntó una voz incrédula
desde las sombras. Yilice retrocedió al no reconocerlo al momento.
-¿…Taito?-Preguntó asombrada al distinguirlo.
El chico sonrió.-Claro, ya me
parecía raro que Umbreon saliera corriendo así. Seguramente había sentido el
olor de Espeon, es increíble.
-Taito…Eres tú...-Confirmó ella como si no se lo creyera.
Taito abrió los brazos en señal
de bienvenida.-...He vuelto, Yilice.-Anunció sonriendo.-Precisamente ahora… Iba a
verte.-Confesó con los ojos iluminados.
Yilice aceptó emocionada la invitación de
Taito y se abrazó a él de un salto, aunque no tardó en comenzar a reprocharle
durante el abrazo.-¡Idiota!¡¿Dónde has estado todos estos años?!¡N-no hemos
sabido nada de ti y..!
Taito la abrazó también.-Lo
siento, lo siento mucho, de verdad… Tengo muchas cosas que contaros…
Gran vuelta a la historia ^^. Y que Taito sea el principal personaje de esta pequeña escena me ha encantado. Te ayudaré en lo que necesites e incluso igual hago una versión mía con una escena de Yilice :3
ResponderEliminarOhhhhhhhhhhhh <3 Que cuqui Yili ¿Porque no me habías hecho saber de este one short?;___; Dios Taito pidiendo una limonada, que sosainas eres ototo (?) Me animaré yo también a escribir mini fics de Pokemon, hoy se me ha ocurrido uno de mi pequeño Beigon celoso :9
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